La confianza es la base de la relación entre un administrador de fincas y los propietarios de las comunidades que gestiona. Si por cualquier circunstancia dicha confianza se rompe, lo mejor tanto para el administrador como para los vecinos es poner fin a la relación contractual.

Cambia de administrador de fincas si tienes una buena razón

Muchas fincas siguen en manos de administradores no demasiado profesionales y esto se debe a la dejadez por falta de los vecinos: la pereza al pensar que se trata de un procedimiento complicado, cuando en realidad no es así.

Lo único que es necesario es que haya una buena razón para echar al administrador de fincas. La resolución del contrato debe estar basada en una causa objetiva, como una mala gestión o la falta de resolución frente a problemas graves. Intentar echar al administrador por problemas personales y subjetivos con él suele estar condenado al fracaso, puesto que los demás vecinos no darán su consentimiento.

Paso 1: convocar una junta

El cambio de administrador es una decisión que debe tomar la junta de propietarios. La votación se puede hacer en la junta ordinaria, dentro del punto del orden del día que hace referencia al nombramiento de cargos.

También es posible convocar una reunión extraordinaria a tal efecto. Esta debe ser convocada por el presidente, por una cuarta parte de los propietarios o por propietarios que representen al menos el 25% de las cuotas de participación.

En este caso el orden del día debe hacer referencia expresamente al cese del administrador actual y la elección de uno nuevo. Es fundamental que cada uno de los propietarios reciba una copia de la citación a la reunión.

Paso 2: toma de la decisión

La decisión debe ser tomada por la doble mayoría simple del número de propietarios asistentes y representados, que a su vez representen la mayoría de las cuotas de participación.

En el plazo de 10 días el secretario y el presidente cierran el acta que recoge lo acordado e informan al administrador de su decisión.

Paso 3: elección del nuevo administrador

Para que los vecinos puedan decidir es conveniente que quienes han propuesto el cambio de administrador presenten en ese momento tres o cuatro presupuestos. Lo más recomendable es que en el mismo acto que se echa al administrador antiguo se acuerde la contratación de uno nuevo, así se evitan los vacíos de gestión.

Posible indemnización

Si finalmente la comunidad echa a su administrador, es posible que tenga que indemnizarle y abonarle los honorarios correspondientes al tiempo de contrato que quedaba por cumplir. Aunque también está la opción de acordar la no renovación del administrador y que el mismo siga en su puesto hasta finalizar el plazo contratado.

Como excepción, puede no haber obligación de indemnizar al administrador si se le quiere echar inmediatamente por una causa que sea justa y demostrable. No obstante, esto suele implicar pasar por un proceso judicial para que sea un juez el que decida si había justa causa y si había o no que abonar la indemnización.

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